01./ Arquitectura y Ciudad
“…The site for the new cathedral is in the heart of the city tangent to the Hollywood Freeway, one of the major arteries of the metropolis. Slightly elevated, the parcel dominates its surroundings, emphasizing the complex´s role as an urban landmark and spiritual center…” [2]. Rafael Moneo
En nuestros días ocasionalmente se construyen catedrales. Construir una Catedral, es distinto a construir una Capilla o una Iglesia, aunque en cada caso existen referencias inequívocas a la esencia del culto cristiano, como es el tránsito entre lo terrenal y lo divino. La Catedral [3], al ser sede del Obispo, posee como edificio, otras connotaciones escalares.
La Catedral de Los Ángeles intenta ser un hito espiritual y urbano nos dice Moneo. No obstante, más que ostentar ser como una catedral gótica, que era un hito organizador del desarrollo urbano y guía simbólica del mundo medieval, el edificio de Nuestra Señora de Los Ángeles es contextual, se adapta a la escala, al ritmo y a la dinámica de su contexto inmediato, razón por la cual el arquitecto español elige la idea de episodio. Moneo sabe que Los Ángeles no es Madrid, dónde por ejemplo, con la Estación de Atocha y el Museo del Prado debe comportarse arquitectónicamente de manera diferente, pero a la vez, ser también contextual, por eso prefiere la continuidad. Sin embargo, no es contextualista, pues en ninguno de los dos casos, ni en Madrid ni en Los Ángeles, queda atrapado por los contextos. En otras palabras, Moneo en Los Ángeles sigue el principio de “contingencia”, mientras que en Madrid el de “necesidad”, dos conceptos que el mismo Moneo rescata de la teología medieval cristiana [4] y a lo que podemos agregar que ambos casos son significativos y esenciales, porque son obras que aparecen en el contexto de manera prudente y afable sin adulterar el continuum urbano, ni entorpecer su textura, pues en definitiva se hace arquitectura para la ciudad; no en el sentido como lo planteara Aldo Rossi, ya que su propuesta no es adaptable a cualquier ciudad. De la manera según lo plantea Moneo, transformando sin modificar, ni el objeto arquitectónico, ni la ciudad misma entran en crisis. Y, parafraseando a Colin Rowe, podemos decir que esta actitud proyectual afirma la idea de “continuidad histórica” [5], al considerar que existe un equilibrio entre una acción pasiva y una reacción activa. El compromiso es doble: con el pasado existente y con la actualización y evolución que requiere el presente.
Moneo advierte la importancia de darle al paisaje urbano de cada ciudad una arquitectura contextual y lo explica al analizar dos Salas de Concierto, una de Frank Gehry y la otra de Robert Venturi. En su texto clarifica las dos posiciones distintas y a la vez acertadas porque cada una respeta el contexto donde se implanta. Gehry le responde a Los Ángeles con el Walt Disney Concert Hall de manera experimental y con un espíritu de contingencia, mientras que Venturi con el Philadelphia Orchestra Hall le manifiesta, a la ciudad homónima, su respeto de manera convencional y ajustándose con precisión a la necesidad [6].
Ser “contextual”, no significa ser “contextualista”. El primero concepto encierra un principio, una actitud abierta, libre y a la vez respetuosa, abierta al diálogo a través de una nueva intervención, donde la apropiación permite libertad de expresión. El segundo es una moda o tendencia de época que obliga a seguir una dirección morfológica preestablecida; se caracteriza por tener connotaciones prescriptivas y conservadoras. La moda, según nos recuerda Walter Benjamin, satisface la necesidad de sensación y como tal es un reino nebuloso donde el entendimiento no puede seguirle porque es orgánico, mientras que las modas conectan lo vivo con lo inorgánico [7].
02./ La Catedral leída desde el Manierismo del Siglo XVI
“…La Catedral de los Ángeles da testimonio de la lucha continua por conciliar concepciones opuestas de la génesis formal…”[8]
William J.R. Curtis
Una de las características comunes del Manierismo es la ambigüedad, que se produce debido a una investigación ecléctica de elementos y principios arquitectónicos. Y la Catedral de Los Ángeles encierra un variado y amplio estudio ecléctico de arquitectura eclesiástica desde el Medioevo hasta siglo XX [9].
Colin Rowe al comparar obras del movimiento moderno con las del Manierismo del siglo XVI advierte que las disposiciones espaciales de nuestro tiempo poseen contenidos paralelos [10]. Y así como los arquitectos manieristas, trabajando con un sistema clásico liberan y hasta invierten los cánones rigurosos del Renacimiento, Rafael Moneo al diseñar con reglas compositivas catequizadas durante el Movimiento Moderno transforma ciertas conceptualizaciones en favor de una riqueza espacial arquitectónica y una adaptación más precisa al paisaje urbano. Y en lo lingüístico, del mismo modo que Giulio Romano en el Palacio del Te trabaja las superficies trasgrediendo la regularidad que poseían los palacios renacentistas, Moneo en la Catedral fragmenta de manera asimétrica su volumetría respecto de las purezas volumétricas que ostentaba la ortodoxia moderna, pensemos por ejemplo en dos trabajos de Le Corbusier antes de 1930, el proyecto de para el concurso de la Liga de las Naciones en Ginebra y el Centrosoyuz en Moscú.
Lo tipológicamente Manierista de la Catedral es que no posee naves laterales participativas de la central; ese espacio es otorgado a los deambulatorios que permiten acceder a las capillas secundarias y el recorrido desde la plaza hasta el punto de la pila bautismal, que es donde debería estar el ingreso principal. Al igual que las Iglesias Manieristas del Gesu de Vignola en Roma e Il Redentore de Palladio en Venecia; la Catedral está diseñada, en base a una planta basilical con la nave central y capillas laterales. En el Manierismo italiano, que invierte las normas clásicas establecidas en el primer Renacimiento, por el espíritu de la Contrarreforma, las plantas de las iglesias debían pasar de ser centrales a basilicales. El tipo de planta centralizada alargada para iglesias pequeñas y el tipo longitudinal centralizada para iglesias más grandes, donde permitiera incorporar una mayor cantidad de feligreses a las celebraciones, tuviera un carácter congregacional y una mayor fenomenización espacial [11]. Algo semejante a lo que requería el Cardenal Mahoni de Moneo cuando insistía en que el templo debía servir a una liturgia participativa por parte de los fieles [12].
Otra notoria operación Manierista de la Catedral es su ubicación en el terreno y su ingreso. Ello resulta de dos cuestiones básicas a tener en cuenta, una la orientación del altar al Este y la segunda explotar la parte más alta del lote para jerarquizar su imagen. De esta manera el ingreso no podía ser de modo tradicional. Lo que propone Moneo es un ingreso sin nártex directamente por los deambulatorios laterales desde la plaza que se crea entre el templo y lo edificios de apoyo. Este tipo de acceso al templo está relacionado con la arquitectura de los teatros donde es posible entrar por los laterales de la escena. Por esta gesticulación de diseño Josep Quetglas sostiene que Moneo consigue hacer de la necesidad una virtud, ya que le ofrece al recorrido por esos deambulatorios catedralicios, desde los ingresos hasta la pila bautismal, la experiencia espacial más emotiva [13].
Para la interioridad del templo, Moneo tiene clara su impronta por la luminosidad, buscando una metáfora mística de la presencia de Dios a través de un ambiente de paz y serenidad. Para lograrlo, hace referencia a las iglesias Bizantinas y las del Barroco [14], no obstante, la escala, las libertades formales y la atmósfera luminar interior de la Catedral se asemeja a la idea del espacio Piranesiano según los grabados de las Carceri, en los sectores de estas que aparecen iluminados. Ellas a su vez manifiestan, con un lenguaje romano exaltado, la continuación natural de la teatralidad Barroca. Igualmente, Moneo entiende la compacidad como evolución natural de la historia de la arquitectura desde la romana, la románica y la islámica hasta nuestros días. La espacialidad interior de la Catedral conjuga la rigurosidad, solidez y compacidad romana con una atmósfera luminar piranesiana, especialmente en la zona del altar que se eleva y resplandece o en la franja del ingreso occidental más en penumbra creada por un amplio balcón.
03./ La idea de fragmentación a modo de epilogo
“…La arquitectura contemporánea se define a sí misma como algo roto, discontinuo, quebrado y fragmentado o, en el polo opuesto, como algo inaprensible, inestable, fluido y sin forma. La arquitectura parece interesarse hoy o bien por formas rotas y fragmentadas o bien por texturas, artificios y reflexiones…Soy consciente del impacto que el zeitgeist tiene en todo nuestro trabajo…” [15]
Rafael Moneo
Hemos de recordar respecto a la fragmentación arquitectónica, que es un producto de transferencia estética proveniente de otros campos del arte. De ello dan cuenta las obras del cubismo, purismo, neoplasticismo, futurismo, constructivismo. Sin embargo, en la fragmentación misma existe una diferencia entre la del collage desarticulado, sin composición, ni homogeneidad morfológica de aquella basada en la técnica del montaje. Idea que Sergei Eisenstein desarrolla en su teoría del “Montaje de Atracciones” o montaje intelectual y de imaginación para sus composiciones cinematográficas [16]. Eisenstein destacaba la importancia de la idea de ensamble en las composiciones artísticas pues en sus combinaciones se conjugaban la armonía, las consonancias y las articulaciones rítmicas de formas, sonidos e imágenes. En sus escenas fílmicas, colmadas de continuidades fragmentadas y cadenas de asociaciones, tenía presente, las fragmentaciones espaciales de las Carceri de Piranesi [17]. En este tipo de fragmentación desinhibida y coherente encuadramos a la Catedral de Moneo.
La idea de fragmentación desarrollada por el Manierismo, al romper con la compacidad de la arquitectura del Renacimiento, se adelanta a aquella llevada a cabo durante el Iluminismo, primero con los Capricci pintoresquistas del Canaletto y William Marlow,, entre otros pintores de la época, y luego con los grabados de Piranesi, tanto en las Vedute di Roma y el Campo Marzio como en la arquitectura espacial de las Carceri. Luego la fragmentación, será un claro signo del siglo XX y también de nuestros tiempos. Es así que consideramos a la Catedral de Los Ángeles una evolución fragmentaria entre lo Manierista y lo Piranesi. Al mismo tiempo las operaciones proyectuales que ensaya Moneo en la Catedral se aproximan a las fragmentaciones arquitectónicas de Alvar Aalto y Hans Scharoun.
A la fragmentación ordenada de los volúmenes del Campidoglio de Michelangelo en lo urbano la podemos asociar en lo arquitectónico al Ayuntamiento de Säynätsalo de Aalto en la articulación del volumen de la biblioteca con el resto del conjunto, y por extensión, al conjunto de edificios que componen el complejo de la Catedral de Los Ángeles [18]. Moneo articula cada fragmento con las tensiones justas para generar la atmosfera espacial del lugar. Del mismo modo actúa en el interior del templo; desde los volúmenes que se ubican en el ingreso, hasta los planos murarios que componen el edificio y las capillas, advertimos que cada gesto articulador enfatiza la fragmentación para permitir pasajes, entradas de luz o ingresos de las más variadas características.
A la fragmentación interior, Moneo la complementa con una articulación pausada, procesional, como señala Josep Quetglas [19] al sostener que en la obra de Moneo se distinguen edificios que danzan respecto de aquellos que son procesionales. Si bien la Catedral es uno de esos edificios danzantes, a su interior lo podemos encuadrar dentro de lo procesional, donde el factor tiempo juega un papel esencial, pues es a la vez, terrenal y celestial, litúrgico y eterno, efímero y trascendental. Lo que coincide con la reflexión que Moneo hace acerca de nuestra condición de ser transeúntes en el mundo y que un espacio sagrado se debe dar testimonio de esa inevitable experiencia [20]. Y al plantear el doble recorrido desde el ingreso hasta llegar al altar fortalece esa idea de camino en el mundo.
Así, la Catedral en su compleja arquitectura, cargada de fragmentaciones, colisiones, rupturas y anomalías viene a materializar lo que habían conceptualizado en términos teóricos Robert Venturi en “Complexity and Contradiction in Architecture” y Colin Rowe & Fred en “Collage City”. Ambos plantean rupturas con los principios ortodoxos del Movimiento Moderno. Hemos de aclarar que la fragmentación de Moneo en la Catedral, supera los ideales del post-modernismo, pues se acerca a la esencia fragmentaria de la modernidad, vigente aún hoy con las arquitecturas de Frank Gehry, Coop Himmelb(l)au, Rem Koolhaas, Zaha Hadid y Enric Miralles, entre tantas otras, que influenciadas por los diseños del arte fragmentario de comienzos del siglo XX arriban a la deconstrucción y sus posteriores derivaciones actuales.
La fragmentación en la arquitectura de Moneo, aunque trabajada con libertad es, en general y particularmente en la Catedral, controlada, pues en ella prevalece un orden racional junto a una compacidad formal y material que se relaciona con lo continuo y lo permanente. Se trata de una arquitectura que lleva implícita la capacidad de ver la diversidad y el pluralismo del mundo que la rodea, y análogamente proceder con libertades sin imprudencias y con credos sin determinismos.
Claudio Conenna
Tesalónica, Grecia, febrero de 2021
NOTAS
[1] R. Moneo, “Catedral de Nuestra Señora de Los Ángeles”, en Monografía Rafael Moneo, El Croquis1990-1994, p. 164.
[2] R. Moneo, “Our Lady of Angels Cathedral, Los Angeles”, p.90.
[3] Catedral = del griego Καθ?δρα (κατ? + ?δρα), se trata del trono episcopal.
[4] R. Moneo, “Gehry versus Venturi, Reflexiones a propòsito de dos salas de conciertos”, en Monografía Rafael Moneo, El Croquis 1967-2004, p. 630.
[5] C. Rowe & F. Koetter, Ciudad collage, p. 70.
[6] R. Moneo, “Gehry versus Venturi, Reflexiones a propòsito de dos salas de conciertos”, en Monografìa Rafael Moneo, El Croquis 1967-2004, p. 616-633.
[7] W. Benjamin, “Moda”, en Libro de los pasajes, p. 91-108.
[8] W. Curtis, “La Estructura de las intenciones”, en Monografía Rafael Moneo, El Croquis 1967-2004, p. 574,
[9] La pesantez románica, la tipología manierista, la luminosidad barroca y la de la iglesia del cementerio de Turku y la capilla de Ronchamp; además que esta última manifiesta la idea de fragmentación articulada en la arquitectura eclesiástica, tema fundamental en la composición arquitectónica de la Catedral de Los Ángeles.
[10] C. Rowe, “Manierismo y Arquitectura Moderna”, en Manierismo y arquitectura moderna y otros ensayos, p. 53.
[11] Ch. Norberg-Schulz, Meaning in Western Architecture, p. 145.
[12] R. Moneo, “Catedral de Nuestra Señora de Los Ángeles”, en Monografìa Rafael Moneo, El Croquis 1967-2004, p. 454.
[13] J. Quetglas, “Arquitectura en la Catedral”, en Monografía Rafael Moneo, El Croquis 1967-2004, Antología de urgencia, p. 476.
[14] R. Moneo, “Our Lady of Angels Cathedral, Los Angeles”, p.90.
[15] R. Moneo, “Paradigmas de fin de siglo [fragmentacion y compacidad en la arquitectura reciente]”, en Monografía Rafael Moneo, El Croquis 1967-2004, p. 650-659.
[16] J. Aumont, “Montage in question”, en Montage Eisenstein, p.145-199.
[17] S. Eisenstein, “Piranesi, or the fluidity of the forms”, en M. Tafuri, The sphere and the labyrinth, p. 79.
[18] El Complejo de la Catedral de Los Ángeles, se compone de la Catedral propiamente dicha, el Campanario, la residencia Episcopal, el Centro de Conferencias y la Plaza.
[19] J. Quetglas, “La danza y la procesión, sobre la forma del tiempo en la arquitectura de Rafael Moneo”, en Monografía Rafael Moneo, El Croquis1990-1994, p. 38-39.
[20] R. Moneo, “Catedral de Nuestra Señora de Los Ángeles”, en Monografía Rafael Moneo, El Croquis 1967-2004, p. 458.
Bibliografía
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MONEO Rafael, Monografía Rafael Moneo 1990-1994, El Croquis # 64, Madrid, 1994.
MONEO Rafael, “Our Lady of Angels Cathedral, Los Angeles”, Area rivista di architettura e arti del progetto #67, marzo/aprile, ed. Federico Motta, Milano, 2003.
MONEO Rafael, Monografía Rafael Moneo 1995-2000, La Estructura de las intenciones, El Croquis # 98, Madrid, 2000.
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VENTURI Robert, Complexity and Contradiction in Architecture, ed. Museum of modern art, New York, 1977.
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